Las viejas dagas que clavaste en mis poemas
rompieron las palabras
y liberaron a los fantasmas.
Traicionera venganza que pegó donde duele.
Ilusiones absurdas tendidas en el camino
que no mataron...
la presa viva se vende mejor.
Carnada de tus miserias
cebo para demonios ajenos
víctima de mis propias trampas.
Se burlaron de mi las paredes
carnaval de quimeras sobre mi espalda
desmembrado hacia los cuatro puntos.
Después del miedo
nada hay
No me nombren
que nadie soy.
JUSTICE