11.21.2007

Viste los ojos del toro

a quien haya visto los ojos del toro...
El fin del tiempo
escondido en las páginas flameantes de un libro que no escribiré.
Tras la espera de una noche espesa

te escucho volar de vuelta.

Una gota de tu sangrante alma toca mi rostro
al dorso las llamas frescas
es tu piel que se consume
es el gozo del desvelo.

Ahora hay suelo tibio
y lamo tu espalda ardiente.

Esa lengua enhiesta
que es tuya pero mía
que trasgrede al paraíso
y la aridez abyecta
con sed de infamia convulsa
por el martillo sobre el sexo.

Tras la tierra estéril en que te revuelcas
de las canciones viejas
sin el latido de tu nombre
mi voz se va apagando.

Hasta que el silencio repone
tus uñas me cortan
es tu marca de luna
de sueños curan.

Tú que viste los ojos del toro
que sentiste su furia
no dudes más de mis manos
pues para ellas no importa
lo que no será.
JUSTICE

1 comentario:

Cheis dijo...

Excelente cierre. Para quien ha visto los ojos del toro, todo queda claro. Y verlos implica, invariablemente, quedar atrapado en su velada maldad.

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